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GALERÍA Co-Working DEUSTO

SALA de Co-Woking Deusto, SALESIANOS
Making-of de la sala de emprendimiento entre la fusión de los Salesianos de Deusto con la Universidad de Deusto

Respecto a esta sala monumental (Co-working),  decidí utilizar un azul muy querido en la Historia del Arte. Se trata del Azul de Giotto de “La capilla de los scrovegni” que tan impresionado me dejó cuando la visité hace 20 años. Un azul tan potente como el propio azul del cielo. Padua es la ciudad italiana que contiene este tesoro de la decoración mural, y una de las obras maestras de Giotto.

Este azul que otorga a las vigas de metal pintadas de blanco todo su esplendor, también fue el objeto de búsqueda de otro artista, esta vez del siglo XX: Yves Klein. El Desarrolló un Azul inspirado en el de Giotto y lo patentó como el B-I-K (Blue international Klein), convirtiéndose en uno de los padres espirituales de los nuevos realistas.

Aquí, además del azul y su connotada referencia artística, me inspiré profundamente en Thomas Leeser (arquitecto estadounidense) y en un trabajo que hizo en New-York. Insertó escaleras angulares y de colores brillantes en un edificio industrial envejecido en Brooklyn, creando una oficina vibrante para profesionales y creativos emprendedores.
Con una superficie de 47.000 pies cuadrados (4.330 metros cuadrados), la instalación de Coworkrs está ubicada en Gowanus

En la recreación de esta obra en los Salesianos, decidí dar un paso definitivo en la arquitectura prescindiendo del dibujo, instalando el punto definitivo entre la pintura y la propia arquitectura del espacio. La pieza que se visualiza en primer plano, es la piedra angular de la composición. Pintada en la subida de acceso a la sala, se incorpora visualmente a la estructura general y actúa como continuación del propio techo como si de una pieza móvil de Calder (Escultor estadounidense) se tratara.

Dentro de la composición, aparecen estructuras redondas utilizadas con el fin de sintetizar el trabajo del Arquitecto  Antti Lovag en su palacio bola (Le palais bulle) que diseñó para Pierre Bernard, un industrial francés, pero que es más conocido por su segundo dueño: el diseñador de moda Pierre Cardin.

Situado en la Costa azul Francesa, al lado de Cannes, utilicé como un guiño los colores de Henri Matisse  para darle a este túnel de color de unos 6 metros de alto, el reflejo de la transición entre el románico y el gótico.